Supersticiones, Supercherías y más Supers... Hablar en Lenguas... Glosolalia o bla bla blar...




"Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios."

                                                                                         Hechos de los apóstoles, 4:31


Hablar en lenguas, o la Glosolalia, es conocida por ser una práctica de la secta cristiana de los Pentecostales, pero es mucho más antigua que ese movimiento, y en años recientes, la incidencia de la experiencia glosolálica en el cristianismo se ha extendido más allá de las fronteras de varias denominaciones pentecostales y sectas. Aunque existen referencias de glosolalia en el Antiguo Testamento y en el antiguo Egipto, y se tiene información incluso de China, así como de algunas tribus en África y en Burma, es en el cristianismo y en los países donde más esta arraigada esta fe donde se tiene un 'mejor registro' y donde ha tenido más importancia doctrinalmente.

Si bien la autenticidad del texto es materia de disputa por los estudiosos, hay en el evangelio de Marcos (16:17) una promesa que concierne a las lenguas. En Hechos (cap. 2) la ola de hablar en lenguas desconocidas con ocasión de pentecostés es registrada. Se informa de un caso en Cesarea en Hechos 10,44-46, y se habla en lenguas en el bautismo por el espíritu santo en Hechos 19, 1-7.
San Pablo describe el don de hablar en lenguas desconocidas como un don del espíritu santo en 1 Corintios, capítulos 12 al 14, y especifica las circunstancias del uso de este don.
Escritores pentecostales consideran también que los dones del espíritu son aludidos en 1 Tesalonicenses 5, 19-20, Efesios 5, 18-20, y en el Antiguo Testamento en Joel (2.23 y 28-29), así como en Isaías (28, 9-11).

Se ha debatido mucho sobre la naturaleza y el propósito de hablar en lenguas desconocidas, pero Pablo parece ver la utilización de lenguas desconocidas en Corinto como palabras extáticas que no eran para entenderse, excepto por inspiración divina. Esa conveniente costumbre del Dios Judío o del Islam, de hablar siempre en secreto y con enigmas a solo unos cuantos. Gracias a ello, tenemos a personas como Pablo de Tarso, Mohammed o como Joseph Smith, elegidos entre la muchedumbre para dar a conocer un mensaje que solo ellos podían descifrar. Suertudos.

Por otro lado, las escrituras dejan claro que cuando los apóstoles hablan en lenguas en Pentecostés, los judíos que estaban reunidos y que hablaban diferentes lenguas, les escucharon hablar cada uno de ellos en su idioma nativo. Sin embargo, algunos han señalado que ese sería un 'milagro' de escucha, no del habla.

Los padres de la iglesia tienen relativamente poco que decir del fenómeno de la glosolalia, y puede ser que después del primer desarrollo del hablar en lenguas en el cristianismo se convirtió en algo ignorado, excepto por aquellos cuyo cristianismo era puesto en duda o se consideraba herético, como fue el caso de los Montanistas. Más tarde los teólogos creían que el don de hablar en lenguas no era un talento permanente, pero sí que era una señal confirmando la divina autoridad de las enseñanzas de Cristo, especialmente adaptadas para la proclamación del evangelio en un principio, pero que se abandonó desde entonces. Tampoco lo hicieron con el bautismo por el espíritu santo como se supone ocurrió en Éfeso (Hechos, capitulo 19).

A medida que la Iglesia se volvía más institucional, el control de sus prácticas llevo a una severa delimitación de la 'inspiración'. La visión que prevaleció de forma general, ejemplificada por las historias de San Pacomio, Santa Hildegarda y más tarde San Francisco Javier o Francés de Jasso, era que Dios otorgaba al hombre el don de hablar en lenguas, que era de hecho, más bien un don de lenguajes, con propósitos de estudio, con el fin de promover su palabra entre los infieles o paganos.
Lenguas desconocidas eran por supuesto vistas como sospechosas, pues se podían simular fácilmente y engañar a la gente, por lo que constantemente se les veía como falsas o hasta heréticas:
Muchas de aquellas personas que irrumpían en hablar en lenguas de esta manera eran reconocidos inmediatamente como herejes.

Una historia que vendría a ser el precedente de la glosolalia en ocasión de Pentecostés en el Nuevo Testamento, lo encontramos en el Antiguo Testamento (cap 11). solo que, en el caso de Babel donde el espíritu o Yahweh "confundió el lenguaje de toda la tierra", haciéndoles hablar en lenguas diferentes como un castigo por sus acciones, en Pentescostés el espíritu 'otorga el don' de hablar en diferentes lenguas como un fin para dar a entender su mensaje, que, como es obvio, no queda claro cual es, o para que sirve un don así.

El hablar en otras lenguas tiene su mérito en el compromiso del individuo en entender otro lenguaje,
ya sea con fines comerciales, políticos, literarios etc, etc. Y el dominio sobre otras lenguas se logra con un gran empeño y una entera dedicación en aprender. Y existen personas que logran dominar más de uno, y detrás de las horas y desvelos estudiando las complicaciones de la gramática y la semántica en otro lenguaje distinto al materno no hay ningún espíritu divino.

Hay múltiples episodios en los que se reporta el suceso de hablar en lenguas de forma espontánea, como podríamos llamarle. Sectas protestantes han experimentado glosolalia en diferentes tiempos. Quizá uno de los más conocidos es el de los Camisards, entre los que un gran número de niños irrumpieron de pronto en discursos en un francés elocuente que fue considerado más allá de sus capacidades naturales. Lo mismo se sabe acerca de la secta de los 'Shakers', cuyos orígenes se remontan a las actividades misioneras de refugiados Camisards -obviamente-.

La incidencia de la glosolalia se ha incrementado a lo largo de las última décadas, con el desarrollo e incremento de reuniones de oración por pequeños grupos de cristianos ortodoxos que se han convencido a sí mismos de la autenticidad y el atractivo de la experiencia de dicha práctica.

Estos 'movimientos carismáticos' están ahora bien organizados y sus miembros son dirigentes de sus propias congregaciones. Todo ello tuvo quizá su mayor 'boom' o exposición en las décadas de los setentas y los ochentas, cuando predicadores hicieron de este tipo de prácticas todo un espectáculo, inundando los canales de televisión abierta y por cable.

Hoy en día, la política está siendo invadida en el vecino país del norte (USA) por la vieja guardia del fundamentalismo cristiano. Podemos ver a diario en las noticias y en las redes sociales, como los precandidatos a la presidencia de los Estados Unidos por el partido republicano, sostienen una lucha por demostrar quien es el candidato más carismático y conservador -o mas ignorante científicamente, rayando en lo idiota, ¿O no Ben Carson, Trump?-, el candidato capaz de 'devolver' el gobierno de una de las naciones más poderosas del mundo, al poder de ese imaginario amigo poderoso que llaman Cristo.

Y sí, tales personajes son capaces de demostrar capítulos bastante vergonzosos de glosolalia.
Aunque, esperen, no es cierto, Donald Trump o Ben Carson al parecer siempre han hablado en su idioma nativo.
Y aún así lo que hablan parece otro lenguaje pues es tan ininteligible, que raya en lo imbécil.

En fin, México es un poco más tímido para esas cosas. Por si no saben de lo que hablo, aquí les dejo una muestra de glosolalia, o, como yo le llamaría, el lenguaje del "tonto'.

A gu a gu....





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