Cabeza de Perro




Estoy arrellanado en el sillón junto a la chimenea en que crepita el fuego. Tengo la copa de coñac en la mano derecha. Con la mano izquierda, caída descuidadamente, acaricio la cabeza de mi perro… hasta que recuerdo que no tengo perro.
                                                    Arthur Conan Doyle.
Aunque sé que mi debilidad es el terror y tooodo lo que abarca el género, este pequeño relato siempre me ha cautivado de alguna manera. No hay nada mejor que el horror brotando de la atmósfera tranquila y relajada, como una bestia saltando sobre tu espalda al denerte a tomar aire fresco a la mitad del bosque. El espanto tomando por asalto tus nervios y sacando el miedo de los más profundo de tu conciencia. Reconozco a Poe y Lovecraft como mis mejores autores en ese sentido; pero la sencillez de este se tiene merecido mi más sincero escalofrío. Gracias Sir Arthur.

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